viernes, 18 de mayo de 2012

EJEMPLO ARTÍCULO DE OPINIÓN, LAS FIESTAS DE MI PUEBLO DE MI PUEBLO,


POR CRISTIAN BAYONA ÁLVAREZ 310241
DOCENTE NAHÚM SÁNCHEZ- GÉNEROS DE OPINIÓN- SEXTO SEMESTRE

Las fiestas de Ocaña tienen como propósito, como en cualquier otra celebración en el país y el mundo de realizar encuentros ciudadanos para intercambiar experiencias, gustos y pasarla bien. En nuestra ciudad las fiestas, que bien podría decirse comienzan el catorce de diciembre, fecha del cumpleaños de la misma, hasta el seis de enero en el último día de carnaval, logran esos propósitos de integración y goce de las distintas celebraciones. Pero en los últimos años la falta de una organización en la realización de dichos eventos han perdido  ese propósito original y se han vuelto más una serie de traumatismos sociales que se desencadenan por el excesivo consumo de alcohol y la falta de orden de las personas que festejan, las cuales andan en carros con los parlantes a alto volumen, el desmesurado desperdicio de agua pese a que se restrinja su uso sobretodo en los carnavales. Y es que la esencia misma de los carnavales se ha perdido, recordar esos bellos tiempos en que elegantes carrozas y disfraces con sus máscaras alegraban las calles de la ciudad en donde propios y  foráneos disfrutaban de un espectáculo cultural y artístico, pese a las buenas intenciones de personalidades ocañeras de retomar estas tradiciones, poco o nada han servido para volver a aquellos tiempos. A quienes vienen de otras partes les gusta las celebraciones actuales, puesto que aquí se desbordan algarabías, pero a otros no, inclusive temen salir a las calles en esos días por ser mojados sin su consentimiento o porque no les gustan “esos carnavales salvajes”. Da lástima que se haya llegado hasta ese punto, pues los carnavales son para disfrutar de un Momento agradable y no de un tortuoso rato. Lo otro tiene que ver con las fiestas religiosas de los distintos barrios, que aunque algunos las continúan ya no tienen la esencia de años anteriores, lo importante es que las de San Antonio, Jesús Cautivo, la Santa Cruz por mencionar algunas sigan con su legado pero ojalá enfocándose más en lo cultural y religioso, que es como debería ser. Las fiestas en Ocaña forman reencuentros, anécdotas, conversaciones, todo esto genera más cultura en la ciudad, otro punto importante es saberlas promocionar puesto que son importantes para la economía pues genera recursos por consumo en gastronomía, en hoteles, pensiones etc. Entonces estamos de acuerdo en que las fiestas se deben mejorar para bien, así se podrá disfrutar  de algo que es para todos y que nos enriquece como cultura, conserva nuestras tradiciones y mejoran la imagen de la ciudad tan opacada por estos tiempos. La reflexión está en cada uno de nosotros, de sabernos comportar, de no gastar el agua en los carnavales se ha sabido que en los tres días de carnaval se pierde el agua que consumiríamos en un mes, el interés de las autoridades municipales para fomentar la cultura, la creación de eventos en los cuales los ciudadanos asistan en familia, son propósitos alcanzables dentro de un marco de responsabilidad y respeto. Si queremos a Ocaña hagámoslo, es una buen incentivo para conservar con lo nuestro, en cuanto al desfile de los genitores que se haga cada año, es un patrimonio intangible que no debemos perder, somos una ciudad de historia y buenas costumbres, pero nosotros como habitantes de ella debemos ser consientes de la importancia de cambiar malos comportamientos que no le hacen nada bien a la ciudad en las fiestas. Espero que las cosas cambien para bien, y que digamos siempre con orgullo, que buena están las fiestas de mi pueblo.

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