ENSAYO
SOBRE LA NOVELA LA CEGUERA DE JOSÉ SARAMAGO
Esta novela trata sobre una epidemia que
extrañamente azota un país y a todos sus habitantes. Es una obra que nos
permite reflexionar sobre nuestros actos como seres humanos, y nuestra aparente
ceguera frente a tantas cosas que suceden en el mundo y que somos indiferentes,
como las guerras, el odio, la venganza, y que le damos la espalda porque
creemos que lo tenemos todo y en nada nos va afectar. Así como en la novela,
somos una especie en constante búsqueda de supervivencia, que pasamos por alto
cada instante de esta vida maravillosa por el afán del día a día, del trajín
constante en nuestro trabajo y estudio y nos llenamos de miedo, ese que no nos
permite aspirar y ver más allá de las cosas, quedándonos estancados en una
burbuja de conformidades y de materialismo que nos ciega completamente sobre la
verdadera realidad. Y es allí donde nacen nuestros instintos bien sea buenos y
otros no tanto. Los buenos porque permiten que nos demos amor y que vivamos en
armonía con los demás y seamos concientes de vivir en paz, de trabajar
diariamente por nuestro bienestar, tener una visión de estabilidad de cumplir
objetivos, de velar porque las cosas marchen bien, de trabajar mancomunadamente
para superar dificultades, a eso es lo que debemos apostarle. Lo otro, que es
como decimos popularmente es el camino del mal, aquel en el cual muchos
transitamos vagando sin encontrarnos a nosotros mismos y que vivimos haciendo
daño a los demás y con el cual creamos discrepancias y nos involucramos en
malos actos.La novela es una parábola de la sociedad actual, con sus pro y sus
contras, por lo tanto invita a que cada lector que siga cada palabra y cada
frase aprenda a discernir cada pensamiento y forma de actuar de los personajes,
que en sí somos nosotros mismos. Otra parte importante es que podemos medir
nuestro grado de responsabilidad en nuestra vida diaria, se trata de saber, de
conocer cómo funcionamos como estructura social, como humanos, la verdadera
relación de cooperación, de ayuda en muchos casos, el poder defenderse ante las
adversidades y superarlas, no se trata de convertirse en contradictor de todo
lo que dice y lo que se hace, sino en convertirnos en agentes participativos
inmiscuirnos en lo que pasa y para prevenir lo que puede suceder. Es una forma
de prevención ante los momentos difíciles de la vida, y tal vez con ello
evitaríamos guerras y conflictos absurdos que constantemente vemos y que los
involucrados no resuelven y cuyas víctimas son la población civil. Somos los
humanos tan inteligentes pero no utilizamos esa sapiencia para las cosas
buenas, lo interesante de todo es que a través de la sana convivencia y el
respeto por el otro aprendamos a generar el bien, dentro del marco de la
legalidad y la equidad, que sea de nuestro esfuerzo la superación de las
dificultades, de quitarnos esa ceguera que nos impide ver más allá de las cosas
y de creernos las mentiras que muchos nos dicen y que utilizan para engañarnos.
También para que seamos personas de bien, comprometidas con nuestros planes,
fuertes con alta autoestima para seguir avanzando hacia un estado de bienestar,
y en ello están involucrados el Estado, eje fundamental que debe guiar a través
de la enseñanza y del a transparencia a todo un pueblo que necesita salir de
tantas dificultades y de conocer nuestras propias riquezas, valorando cada
porción de lo que es nuestro territorio, del valor de cada vida que nace, eso
es lo realmente importante, pero tenemos que aprender a quitarnos esa ceguera
aparente que nos quieren hacer creer, pero que con voluntad y perseverancia
miraremos hacia el ideal de paz y convivencia en nuestra humanidad.
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